Todas las
comunidades cristianas del mundo tienen sus patronos, hombres y mujeres que
alcanzaron la santidad y son puestos por la Iglesia como ejemplos a seguir y al
mismo tiempo para obtener la protección del santo o santa. Nadie puede cambiar
esa titularidad es sagrado desde el momento de la consagración de la Iglesia.
De nuestro Santo se
sabe muy poco, lo que sí es cierto que fue un joven militar, que
amaba a Jesús y que dio su vida por defender a otros cristianos, se sabe que fue un
joven prudente, bueno, alegre y que llegó a la fe a través del ejemplo de
los mártires romanos. Las leyendas son muy extensas y confusas, es mejor, quedarse con lo que interesa al pueblo cristiano actual. En nuestra parroquia
la figura del santo es muy hermosa y la espada significa el martirio que
sufrió. A él le pedimos ser valientes y buenos ciudadanos y defensores
del Evangelio.
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